Como no podía ser de otra manera, la primera entrada de nuestro blog estará dedicada al origen. Sin nuestras raíces no podemos entender nuestro presente, y en Frigiliana, el mejor lugar para conocerlas es nuestro museo arqueológico, que además es el punto de partida de nuestras visitas guiadas.
El Museo Arqueológico de Frigiliana (MAF) abrió sus puertas en el año 2009, convirtiéndose en el primer museo de la Axarquía integrado en la red autonómica y nacional de museos.
El edificio: Casa del Apero
En su origen este edificio construido a principios de siglo XVII estaba estrechamente ligado al Ingenio, el palacio de los Manrique de Lara y Condes de Frigiliana. Tenía la función de atender y recibir las actividades de arriería vinculadas al Ingenio, sirviendo de granero, caballerizas y almacén de útiles de labranza. Es un edificio de planta rectangular con patio en su interior del que solo se conservan dos laterales y está construido en dos niveles con muros de tapial con verdugadas de piedra. Los arcos y pilares están levantados en ladrillo al igual que la portada de acceso. En la actualidad ha sido restaurado y es la sede de la biblioteca municipal Mármol Carvajal, la oficina de turismo, el Museo Arqueológico y una sala de exposiciones temporales.

Cueva de los Murciélagos
Uno de los yacimientos más importantes de los que se nutre el MAF es la Cueva de los Murciélagos o Cueva Frigiliana-I. A pesar de que su entrada está tapiada para evitar expolios, los principales restos arqueológicos del yacimiento se pueden admirar en el museo. Tras la intervención arqueológica todo el conjunto ha sido asignado al Neolítico Final y a la Edad del Cobre.
Entre las piezas más destacadas de este yacimiento expuestas en nuestro museo, encontramos un cráneo infantil de un individuo que vivió unos ocho años hallado en un enterramiento de dicha cueva en el que se depositó como ajuar funerario un vaso de cerámica y otros elementos. Otra de las piezas más destacadas es una hoja de sílex con dos aristas cuyos filos cortantes pueden ser utilizados a modo de cuchillo, que puede atribuirse al Neolítico o al Calcolítico.

Poyos del Molinillo
Otro de los yacimientos fundamentales encontrados en Frigiliana es el Poblado de los Poyos del Molinillo, de la Edad del Bronce (II milenio a. e. c.).
En torno al año 1700 a. e. c. se desarrolló en el Sudeste español una importante cultura que también afectó a esta zona de Málaga: la cultura del Argar, cuyo nombre proviene de un yacimiento almeriense. La cultura del Argar demuestra la existencia de un mayor desarrollo social, y nuevas competencias y destrezas en el uso del bronce, que sustituye a muchos de los elementos que hasta ahora se fabricaban en piedra.
Durante el bronce argárico el poblado y la necrópolis forman parte del mismo hábitat, que suelen situarse en lugares de carácter defensivo, en alturas con buena visibilidad, con casas o cabañas de planta cuadrangular y una cierta ordenación urbanística.
Un ejemplo de este tipo de emplazamientos es el yacimiento de Los Poyos del Molinillo, un asentamiento estudiado en la última década del siglo XX. Con este nombre se conoce una de las laderas de la margen izquierda del río Higuerón, que dibuja un meandro a su paso por Frigiliana. Aquí poyo significa bancal o terraza.

Se trata de un típico asentamiento de la Edad del Bronce en ladera de fuerte pendiente y aterrazamientos donde se ubica el hábitat. Una de las piezas más significativas de este yacimiento expuestas en el museo es un puñal argárico encontrado junto a un enterramiento doble. La datación directa de los restos humanos, mediante el método del Carbono 14, nos sitúa la inhumación en una cronología comprendida entre 2050-1870 años a. e. c.
Cerrillo de las Sombras
Sin duda las piezas más impactantes del MAF corresponden al yacimiento de la Necrópolis del Cerrillo de las Sombras.
La Necrópolis del Cortijo de las Sombras fue descubierta en 1965 por John Wilkins, un canadiense que decidió residir en Frigiliana y que había sido piloto de aviones de combate, durante las obras de remodelación del cortijo que se encuentra en la corona del cerro.
La necrópolis está compuesta de enterramientos en hoyos excavados en la roca, dentro de los cuales se colocaban perfectamente asentadas las urnas funerarias. Estas contenían los restos incinerados de los cadáveres que antes habían sido quemados en el ustrinum, pequeña fosa excavada en la piedra sobre la que se colocaban troncos de madera, de manera que, una vez consumidos, los restos del difunto fueran a parar a su interior y no quedaran desperdigados. Antes de la cremación, el muerto era lavado y perfumado, y se vestía ceremoniosamente.

Además de las cenizas las urnas contienen los restos de su ajuar, es decir los abalorios que llevaba el muerto, como anillos, pulseras, broches, etc. Las urnas se tapaban con platos de cerámica o piedras planas, y el conjunto se cubría de piedras y tierra formando un pequeño túmulo que debía sobresalir de la superficie, y que pudo estar cubierto de cal.
Esta necrópolis se fecha en torno al siglo VII y principios del VI antes de nuestra era.
En el momento de su excavación se definió como un cementerio perteneciente a colonos fenicios, sin embargo actualmente se cree que se trata de un poblamiento típico del mundo indígena local, es decir, un poblado Íbero, en el que se utilizan ajuares de origen fenicio.
Otros yacimientos
Además de los yacimientos mencionados hasta ahora, también existen evidencias arqueológicas en otros puntos del municipio, en diferentes enclaves del Parque Natural de las Sierras de Almijara, Alhama y Tejeda, como el Peñón de Frigiliana, donde se han encontrado restos en superficie pertenecientes a la ocupación romana de los primeros siglos de nuestra era, así como los restos del Castillo de Lízar, fortaleza musulmana construida entre los siglos IX al XI, que tuvo un papel fundamental en la Batalla del Peñón de Frigiliana, cuando los moriscos rindieron el castillo a Don Luis de Requesens en 1569.
Premio Reina Sofía de Accesibilidad en el año 2013
En el año 2013, a raíz de un trabajo realizado por unos alumnos del Ciclo Formativo de Grado Superior en Interpretación de Lengua de Signos del Instituto La Rosaleda, en Málaga, el museo acomete una serie de acciones encaminadas a mejorar la accesibilidad universal, para acercar el museo a personas con algún tipo de discapacidad, especialmente a personas ciegas, sordas y sordociegas, que llevan a Frigiliana a ganar el Premio Reina Sofía de Accesibilidad de municipios en el año 2013.
Entre las acciones realizadas destacan audioguías del museo para personas ciegas incorporados en el museo con códigos QR; un plano accesible en relieve del edificio de la Casa del Apero, con elementos en braille; una línea guía para seguir la ruta recomendada con bastón para personas con discapacidad visual; transcripciones en braille de todos los paneles informativos; y una signoguía en lengua de signos española para personas con discapacidad auditiva.
¿Sabías qué…?
El logotipo del MAF está inspirado en la decoración de una de las urnas del Cerrillo de las Sombras. Se trata de un ánfora tipo cruz del Negro con asa geminada y decoración a base de círculos concéntricos y bandas.
La espiral que la decora es uno de los símbolos más antiguos que existen, jugando un papel fundamental en el simbolismo desde su aparición en el arte megalítico.
Parece que en muchos lugares representaba el ciclo «nacimiento-muerte-renacimiento» así como al Sol, que se creía seguía ese mismo ciclo, naciendo cada mañana, muriendo cada noche y renaciendo a la mañana siguiente.
De ahí también el eslogan del MAF: Frigiliana, cambios y permanencias…
Para una información más detallada, visita www.museodefrigiliana.org.